Los asháninkas lograron capturar a 4 invasores, a quienes les quitaron sus armas, pero los dejaron ir advirtiendo que es la última vez que actúan sin tomar represalias contra ellos. La comunidad continúa pidiendo apoyo a la Policía Nacional para que el regreso de los nativos a sus territorios sea seguro.
A inicios de febrero de este año, unos 60 hombres armados ligados a la tala ilegal, invadieron el territorio de la comunidad nativa Meantari, distrito de San Martín de Pangoa, la provincia de Satipo (Junín). Estos expulsaron a unas 25 familias asháninkas de su territorio ancestral y los amenazaron de muerte si es que regresaban.
Pese a la ayuda que solicitaron de las autoridades, los indígenas aseguraron sentirse poco apoyados para recuperar su territorio. Por ello, en la primera semana de marzo decidieron organizarse a través de comités de autodefensa y recuperaron el territorio sin ayuda de la Policía o el Ejército. Los días posteriores fueron de zozobra, ya que los asháninkas temían represalias.
Pese a que los invasores no ofrecieron resistencia y abandonaron el lugar, ingresaron nuevamente, aprovechando que los nativos de Meantari no regresaban por temor. Sin embargo, los comités de autodefensa decidieron actuar otra vez y lograron que los invasores dejen la zona el pasado 21 de abril, tal como lo confirma la Central Asháninka del Río Ene (CARE).
“Al parecer, los invasores habían sido advertidos de la llegada de los comités de autodefensa asháninka. Al llegar al primer punto de invasión, encontraron vacío el espacio, habiendo solamente restos de fogatas y algunas prendas de vestir. El grupo se dividió luego en dos e intentaron cercar los invasores, que probablemente se encontrarían reunidos en un segundo punto de invasión”, informó CARE.
Durante la persecución a los invasores, el contingente asháninka logró capturar a cuatro invasores: Cayetano Romero Félix, Ramos Quispe Fredy, Espinoza Morales Rolando y Elvis Coronado Rivas. Después de quitarles el armamento y advertirles que se encontraban en territorio asháninka, los indígenas los ayudaron a cruzar el río para que abandonen el territorio nativo.
Desde la primera invasión, los asháninkas de Meantari no han decidían regresar a su territorio por temor a una nueva invasión y se asentaron en San Ene, pero ahora informaron que se desplazarán inmediatamente a su territorio y mantendrán una presencia permanente.
“Frente a la constante amenaza por parte de los invasores, madereros ilegales y narcotraficantes que circulan por el territorio, los asháninkas de Meantari piden garantías al Estado, especialmente a la Policía Nacional del Perú, FF.AA., PCM y demás instituciones públicas”, explicó CARE.
Los comités de autodefensa aseguraron además que “esta habrá sido la última invasión que dejaron pasar sin tomar represalias contra los invasores”. Asimismo, “manifestaron su indignación con respecto a la indiferencia de la Policía ante su situación, explicando que debido a la falta del respaldo y apoyo por parte de las instituciones públicas, recurrirán a la ‘justicia ancestral’, defendiendo su territorio, si es necesario con su propia vida, contra invasores, madereros ilegales o narcotraficantes”.
DATO:
• En marzo pasado, la Meantari fue reconocida como Comunidad Indígena de manera oficial por el Gobierno Regional de Junín. Esta comunidad, tiene una población de 160 personas.
FONTE: Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA)